Mediante el uso de inteligencia artificial, la compañía chilena NotCo reemplaza productos alimenticios derivados de animales con alternativas basadas en plantas. En paralelo, la empresa argentina Bioceres está transformando la manera en que se produce comida.
En el ámbito de la tecnología espacial, la empresa argentina Satellogic se destaca por desarrollar constelaciones de satélites altamente detallados y de bajo costo que tienen la finalidad de observar la Tierra.
Lo que une a estas empresas es su logro de avances científicos o la creación de innovaciones tecnológicas genuinas que provocan una ruptura significativa.
A diferencia de otras compañías que se centran en crear aplicaciones para dispositivos móviles o en innovaciones específicas para un producto o modelo de negocio, estas startups están enfocadas en la pura innovación tecnológica, una categoría conocida como «Deep Tech» o tecnología profunda.
El término fue acuñado en 2014 por Swati Chaturvedi, quien es cofundadora y CEO de Propel(x), una firma de inversión. Chaturvedi, tras sentir insatisfacción con algunas de sus inversiones financieras, decidió enfocarse en proyectos diferentes que tuvieran un impacto social más relevante. A estos proyectos los llamó ‘deep tech’. Según su propia definición, las ‘deep tech’ son compañías que se basan en descubrimientos científicos o innovaciones tecnológicas genuinas y tienen la intención de hacer del mundo un lugar mejor.
Estas ‘deep tech’ prometen soluciones en diversos campos utilizando técnicas como el ‘big data’, la inteligencia artificial y el ‘deep learning’, pero con un enfoque más científico que el que generalmente se ve en las empresas tecnológicas que suelen ser destacadas en los medios. Es importante resaltar que esta categoría no incluye a las empresas digitales de rápido crecimiento de los últimos años, como Facebook o Spotify, ni a aquellas basadas en modelos de negocio innovadores, como Airbnb. En cambio, las ‘deep tech’ abordan problemas a través de avances científicos o tecnológicos significativos.
Además de su objetivo de crear un impacto global positivo, las ‘deep tech’ también se consideran una oportunidad atractiva para inversores. Aunque todavía conllevan riesgos y en ocasiones pueden enfrentarse a un largo período antes de obtener ganancias, sus bajas valoraciones iniciales brindan la posibilidad de lograr retornos significativos, según Propel(x).
